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Del Storytelling al storydoing: ¿cómo contar historias efectivas sobre el cambio climático?

Como diría Aristóteles, persuadir a través del discurso requiere la demostración de lo verdadero o lo verosímil, sobre la base de lo que en cada caso es apto para persuadir. No es fácil concretarlo, pero es urgente conseguirlo. Si la comunicación se ha revelado como indispensable en un universo competitivo, si el éxito de una institución, de una figura política, de un producto, está directamente relacionado con la efectividad de su actividad comunicativa, ¿por qué no aplicar la misma ecuación a una idea, a un principio que puede salvarnos la vida?

Contar historias es como un instinto, una práctica prehistórica que antecede incluso al lenguaje y a la escritura. Hoy, con miles de recursos tecnológicos a nuestra disposición para producir y distribuir historias, necesitamos aplicar las mejores estrategias para que sean historias efectivas, sobre todo si hablamos de cambio climático y transición ecosocial. Necesitamos una transformación radical en la forma en que nos comunicamos y actuamos.

En este sentido, destacamos dos técnicas: el storytelling y el storydoing para la comunicación medioambiental, herramientas clave para movilizar a las audiencias y generar impacto real.

Storytelling: emoción contra la crisis climática

El storytelling es básicamente una estructura narrativa que consigue cautivar desde la cercanía emocional. Esa es su principal arma para conectar con la audiencia. Por supuesto, será más efectiva, si concebimos cada historia de acuerdo con segmentos de público específicos.

Para ello se requiere entender muy bien a nuestra audiencia, conocerla, saber sus puntos de dolor y sus ejes motivacionales. Ahí comienza todo el planteamiento que se convertirá en un mensaje efectivo.

Según el informe «How to Have a Climate Change Conversation», de Climate Outreach (2021), las historias personales y auténticas tienen un impacto mucho mayor en la percepción pública del cambio climático que los datos científicos fríos. Las narrativas son capaces de romper barreras cognitivas que impiden a las personas aceptar o comprometerse con el cambio climático. Contar historias equivale a crear un puente emocional que facilita la comprensión de la crisis y, por tanto, su actuación ante ella.

Ejemplo de una narración basada en storytelling es la serie documental «The Climate Pledge», con un nivel de sensibilización extremadamente efectivo, a la vez que informa sobre datos, causas y consecuencias de la crisis climática.

Storydoing: contar historias y sentir la experiencia

El storydoing va un paso más allá del storytelling. Al aplicar esta técnica, no solo se cuenta una historia, sino que se logra que las acciones hablen por sí mismas. Es decir, se apuesta por involucrar a la audiencia a través de experiencias y actividades concretas que validen esa historia que se cuenta. En este caso, digamos que no basta informar sobre deforestación, sequía, activismo, acciones de transformación… Es necesario involucrar a las audiencias, que puedan realizar ellas mismas acciones vinculadas a lo que se comunica.

Son historias tangibles, donde las personas pueden involucrarse como personajes y experimentar por sí mismas.

Un ejemplo de storydoing es el movimiento Fridays for Future (Viernes por el Futuro​), a través del cual las personas (principalmente estudiantes) se han manifestado para reclamar acción contra el calentamiento global y el cambio climático. Es cierto que Fridays for Future tiene como estandarte la historia de Greta Thunberg, pero su éxito se debe en gran medida a la movilización de millones de jóvenes en todo el mundo que participan en huelgas climáticas.

¿Cuál es la técnica que utilizas con más frecuencia en tu estrategia de comunicación? ¿Conoces otros ejemplos de storytelling o storydoing que podamos compartir con nuestra comunidad? Hacemos blablabla en los comentarios.

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